El libro que recomendamos en este post se titula «El arte de amargarse la vida», de Paul Watzlawick, psicoterapeuta miembro del Equipo de Palo Alto y estudioso – entre otras cosas – de la pragmática de la comunicación humana.
En este libro cuenta la posibilidad de tener una vida amargada siguiendo dos caminos distintos:
- Debido a circunstancias de la vida que te arrastran hacia la decadencia (aspecto en el que no incide)
- A través de lo que considera un arte: amargarse la vida a propósito. Te da las claves e incluso ejercicios para aprender a hacerlo.
Entre las pistas para conseguir perjudicarte plantea la posibilidad de, como solución ante un problema, intentar aplicar más cantidad de lo mismo, ya intentado sin éxito. Dos ejemplos:
- En la conversación con otra persona, si tu interlocutor no entiende tu mensaje, repítelo con las mismas palabras. Puedes ir aumentando el volumen de tu voz si la otra persona continúa sin entenderte. De esta manera, das más cantidad de lo mismo creyendo que el resultado será satisfactorio.
- Si tu mando a distancia comienza a fallar, pulsa el botón con más fuerza; mover el brazo con ímpetu también puede ayudar. Evita pensar que pueda existir otra solución, haciendo otra cosa diferente, como por ejemplo, cambiar las pilas.
De este modo, uno siembra más cantidad de la misma solución para recoger mayor cantidad de la misma desgracia. Pues esto se puede aplicar tanto a pequeñas incomodidades del día a día como a problemas mayúsculos.
Puedes utilizar esta guía para aprender a hacerte una experta amargada. Así sabrás lo que estás haciendo, serás responsable (conscientemente) de tus desgracias, sin echar balones fuera creyendo que tu mala suerte se debe al mal de ojo que te echó la vecina o al espíritu de tu difunta esposa que te sigue atormentando ahora que has encontrado una nueva pareja.